Ramón Eder
Relámpagos

Perfección formal, agudeza, lucidez, ironía y gracia son algunas de las características que salvan al género aforístico. Si no, se cae en la tonta ingeniosidad, en las meras ocurrencias o en la estéril grandilocuencia. Pero cuando el aforista acierta se produce el milagro. Los buenos aforismos son como relámpagos en la oscuridad.