Atravesados por un sentido lírico del ritmo, que Ángel Talián maneja con admirable soltura, estos relatos nos presentan unos personajes que se enfrentan al miedo de la nada, seres que esperan perplejos la gran tormenta que se cierne sobre ellos. Desde el desasosiego al remordimiento, desde la angustia a la tristeza, y a través de una mirada extraña y apasionante, los cuentos de Estar solo dejan a la intemperie las más recónditas miserias del ser humano, lo inconfesable de su condición. En este libro el lector no dejará de sorprenderse, de mirar a su alrededor, de saberse cerca, muy cerca de alguno de sus personajes. En Estar solo ocurren cosas que nos ocurren a todos. Ese es su poder.
«Estar solo es una ventanita que nos deja abierta para que espiemos los rincones de su cabeza. Un imaginario vestido de traje, pero cotidiano; descripciones que te obligan a salir del lugar en el que estás, la capacidad de hacerte empatizar con las concretas o desproporcionadas emociones de sus protagonistas y un humor con navaja. Todo esto revolotea por el libro de manera caótica, desde un caos que sólo controla el autor».
Dani Rovira